AUCH WINDRÄDER KOMMEN IN DIE JAHRE
In unserer Fremdsprachenschule ESPACIO ALEMAN in Zaragoza kümmern wir uns nicht nur um Themen der deutschen Sprache, sondern wir sind auch auf dem Laufenden zu den vielfältigen Fragen der Kultur und Technik im deutschsprachigen Raum. So berichten wir heute über ein hochaktuelles Thema. Wohin mit den alten Windrädern?
Vor allem im osteuropäischen Raum werden sie nachgefragt: Vintage-Windmühlen aus Deutschland finden einen guten Absatz in der Ukraine, in Weiβrussland und Russland. Ebenso in Kasachstan, in der Türkei und im Iran sind sie willkommen.
Vor fünf Jahren hat ein gebrauchtes V80-Modell noch eine halbe Million Euro gekostet, heute kann man eine Windradanlage bereits für 70.000 Euro erwerben.
Etwa 28.000 Windparks gibt es mittlerweile in Deutschland und sie werden älter, müssen saniert oder spätestens nach 25 bis 30 Jahren verschrottet werden. Hochproblematisch dabei sind die extrem widerstandsfähigen glasfaserverstärkten Kunststoffrotoren, die einst konstruiert wurden, um selbst starken Stürmen trotzen zu können. Man bekommt sie kaum wieder klein. Auch der nicht sichtbare Teil der Windräder, die Stahlbetonfundamente mit einer Tiefe von bis zu 30 Metern, stellen eine groβe Herausforderung dar.
Als Abfall dürfen die Rotoren laut Gesetz nicht exportiert werden, es sei denn sie werden als ‘Ersatzteile’ deklariert und sie landen dann oft auf wilden Deponien in afrikanischen Entwicklungsländern. Sic!
Information aus: “Neunzig Meter Schrott” v. Georg Etscheit in DIE ZEIT v. 14. Februar 2019
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LOS MOLINOS DE VIENTO VAN ENTRANDO EN AÑOS
En nuestra academia ESPACIO ALEMAN en Zaragoza no solamente tratamos temas de la lengua alemana, sino también estamos al día en cuanto a las múltiples cuestiones que surgen en la cultura y la técnica en los países de habla alemana. Con lo cual hoy nos ocupamos de un tema de última actualidad: ¿Qué hacemos con los viejos molinos de viento?
Éstos son muy demandados por los países de Europa oriental: Los molinos de viento vintage se colocan fácilmente en Ucrania, en Bielorrusia y en Rusia. También en Kazajstán, Turquía e Irán son bien recibidos.
Hace cinco años el precio de un modelo V80 usado ascendía a medio millón de Euros, mientras que hoy en día una central eólica se puede adquirir por 70.000 Euros.
En Alemania existen en la actualidad unos 28.000 parques eólicos. Dichas instalaciones van entrando en años y después de 25 ó 30 años en funcionamiento ha llegado el momento de sanearlas o de desguazarlas.
El mayor problema a la hora de eliminarlas lo constituyen sus enormes aspas de material sintético fortalecido con fibra de vidrio. Poseen una resistencia extraordinaria ya que en su día se construyeron para poder hacer frente a vientos de una fuerza extrema, por lo que es casi imposible desmenuzarlas. Asimismo la parte no visible de los molinos, los cimientos de hormigón y acero, con una profundidad de hasta 30 metros, suponen también un reto mayúsculo.
Según la ley las aspas no pueden ser exportadas como residuos, a no ser que se declaren “piezas de repuesto” y entonces muy a menudo tienen como destino algún vertedero incontrolado situado en cualquier país en vías de desarrollo del continente africano. Nihil novi.